Cambio #3 De Asistir a Conectar

El tercer cambio que tenemos que lograr cómo lideres, es el de dejar de observar pasivamente cómo las personas que lideramos solo asisten a eventos religiosos y en su lugar lograr que ellos permanezcan conectados espiritualmente con Jesús (Juan 15:7). Esto es fundamental es su crecimiento espiritual, ya que solo con la transferencia de conocimiento sabemos que no se producen cambios verdaderos en la vida de las personas.

Pastor Walter Angelica

8/22/20253 min leer

Friends are sharing a pizza at a restaurant.
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Cultivando Comunidades Transformacionales

Muchas iglesias creen equivocadamente que reunir a un número de personas para una actividad determinada de su congregación es como se hacen los discípulos de Jesús, pero no hay nada más alejado de la verdad. La asistencia no es un equivalente al discipulado. El solo hecho de que las personas asistan a un evento, por más religioso que sea, no significa que estén siendo discipulados o que estén experimentando una transformación profunda del corazón y aprendiendo a caminar de la mano con EL.

Como líderes debemos cambiar nuestro enfoque y dejar de solo prestar atención a la asistencia dominical y darle prioridad a la conexión que las personas tengan con Jesús, y los unos con los otros. Jesús dijo que sus discípulos serían conocidos por el amor que se demuestren (Juan13:34), y no por el presentismo a eventos que organicemos.

Facilitando Espacios Relacionales

Para fomentar y promover la conexión de las personas con el Señor y los demás, los líderes deben crear y diseñar diferentes espacios relacionales que fomenten la formación de discípulos, tal como lo describen Alex Absalom y Bobby Harrington:

Espacio sagrado: Este espacio es para tener un tiempo personal y a solas con Dios, para aprender a conectarse a través de prácticas espirituales, tales como la lectura de las Escrituras, la oración, el silencio, la soledad, etc.

Espacio para ser transparente: Este espacio puede ser un grupo pequeño de 2 a 4 personas donde se puede ser auténtico, trasparente y sincero con los demás.

Espacio personal: Estos espacios son grupos pequeños de 10 y hasta 20 personas que viven la vida juntos, y que practican los "unos a los otros" que nos enseñan las Escrituras.

Espacios sociales: Estos son grupos medianos de entre 20 a 70 personas que muestran amor y hospitalidad a las personas que todavía no conocen al Señor.

Espacios públicos: Estos son reuniones de grupos grandes, de más de 70 personas, que permiten que la gente se congregue, pero tienen limitaciones al momento de facilitar la conexión entre los miembros de la comunidad de fe.

Cada espacio anteriormente mencionado cumple un propósito en el proceso de discipulado. Los líderes deben saber cómo administrar estos espacios, y no solo enfatizar los lugares públicos donde la gente se congrega. Los grupos más pequeños son fundamentales para facilitar la vulnerabilidad, la honestidad y el crecimiento y conexión con el Señor y los demás.

Equipando con Prácticas Transformacionales

Además de crear cuidadosamente los espacios relacionales necesarios, los líderes deben equipar a las personas a realizar prácticas que conduzcan a cambios en el corazón, producidos por el Espíritu Santo.

Esto incluye escuchar la voz de Dios a través de las Escrituras. Orar al Señor, expresando libremente nuestro corazón. Incluir practicas tales cómo el silencio, la soledad, el ayuno, guardar el día de reposo para hacer espacio para Dios. Todo esto, solo por nombrar algunas de las practicas espirituales que nos ayudan a conectarnos con el Señor.

Estas prácticas nos ayudan a dejar de solo asistir a eventos, y a conectarnos con Cristo. También a presentarnos tal cual somos delante del Señor mientras somos vulnerables frete a los demás generando una confianza mutua. Como resultado, seremos transformados a la semejanza de Jesús.

Para lograr una cultura de discipulado se requiere mucho más que repensar nuestro enfoque ministerial, o solo cambiar algunos modelos eclesiásticos. Sino que el discipulado nos demandará un cambio de paradigma en nuestra manera de hacer iglesia. Los líderes deben ser cuidadosos arquitectos que crean espacios para facilitar conexiones auténticas. Además, deben comportarse como pacientes jardineros que equipan a las personas hasta que estos echen raíces profundas con el tiempo.

Ver los resultados de estos cambios es hermoso: personas transformadas por Jesús que se aman los unos a los otros y que están encarnando el Reino de Dios aquí en la tierra. Pero lograr esto requiere un compromiso a largo plazo con la comunidad, no con las multitudes. El camino de regreso al discipulado es a través de espacios estratégicos y prácticas transformacionales que conducen a una conexión genuina con el Señor y los demás. ¿Está dispuesto a implementar este cambio en su iglesia o ministerio?

Pastor Walter Angelica