Cambio 4: De Sobrevivir a Sobresalir

Un cuarto cambio que las iglesias necesitan aplicar es pasar de operar solo con fuerzas humanas a aprender a confiar en el poder del Espíritu Santo. El discipulado es imposible de lograr solo con el esfuerzo que los líderes puedan aportar.

Pastor Walter Angelica

8/22/20252 min read

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My Como líderes, debemos examinar nuestras motivaciones y salud emocional. La autosuficiencia a menudo enmascara inseguridades profundas o impulsos no saludables de éxito o control.

En los últimos 20 años de ministerio me ha tocado ver a líderes caídos, iglesias rotas y discípulos heridos. En muchos casos producto de medio ambiente tóxico creado por líderes con disfunción emocional no tratada. Lo cual me lleva a pedirle al Señor que guarde de continuo mi corazón y pensamiento, tal como el rey David lo hizo en (Salmos 139:23-24)

Nuestro trasfondo y experiencias nos forman

Lamentablemente, a algunos líderes les ha tocado crecer en iglesias donde sus propios líderes han usado la vergüenza, el miedo o la intimidación para liderar a sus congregaciones. Con el tiempo esto termina siendo considerado “normal” sin poder darse cuenta de que está siendo liderado por un líder abusivo. Consecuentemente, esto tiende a formar parte del estilo de liderazgo de los nuevos líderes. Lastimosamente , tampoco ellos se dan cuenta de que esas prácticas, poco saludables, le han dado forma a su propio liderazgo. Es muy importante saber que, si no tratamos nuestras heridas del pasado, terminaremos indefectiblemente lastimando a otros.

Necesitamos líderes emocionalmente sanos

Por esta razón, no tan solo debemos velar por la fortaleza espiritual de nuestros líderes, sino también por su salud emocional. Muchas veces esas disfunciones emocionales crean medioambientes poco saludables o incluso tóxicos. Es por eso por lo que no importa cuánto tiempo hemos estado en el ministerio, todos necesitamos darnos el permiso de pedir ayuda profesional o ministerial para sanar cosas que venimos arrastrando sin saberlo del pasado. Para bien o para mal, tenemos que admitir que nos parecemos a las personas que nos discipularon. Sin duda necesitamos más líderes que modelen salud emocional y relacional para que los futuros líderes y discípulos sean también emocionalmente sanos y llenos de la presencia del Señor.

El fruto que buscamos es el fruto del Espíritu

La Palabra dice que “el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” (Gálatas 5:22-23) En este cambio en el proceso de discipulado, debemos valorar el carácter sobre la competencia de las personas, ya que la próxima generación está perdiendo confianza rápidamente en líderes talentosos que no tienen el carácter de Cristo y que no son saludables

Conclusión

Como líderes tenemos la responsabilidad de modelar una vida y un discipulado que sea un ejemplo y un modelo de salud emocional. De esta manera podremos facilitar una cultura y un medio ambiente de gracia, donde otros puedan crecer juntamente con nosotros. Si no lo hacemos, tendremos estrategias sin vida, iglesias moribundas y una generación que rechaza a Cristo. Es mi oración que al discipular a otros podamos tener el corazón que Pablo demostró tener a su hijo espiritual Timoteo cuando le a través de las escrituras nos reveló la clave para lograr un discipulado saludable al decir el propósito de nuestra instrucción es el amor nacido de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera” (1 Timoteo 1:5)

Pastor Walter Angelica